Tres libros para pedalear
- Coni Crowder
- 15 jun 2017
- 3 Min. de lectura
Sin clara conciencia de esto o aquello, salir la primera vez a andar en bici es, según algunos ciclistas que se pusieron a pensar y escribir sobre esta actividad -o mejor: sobre uno y la bici- estar motivado por cierta sed de trascendencia y sabiduría que vive y late en todos.
Bici Zen-
En “Bici Zen: El Ciclismo Urbano Como Camino”, el periodista Juan Carlos Kreimer considera al pedalear una limpieza mental: las ideas, o pensamientos, poco a poco empiezan a desvanecerse y liberan a la conciencia de sus recorridos neuronales habituales. La actividad mental se vuelve un campo por donde circulan ondas despojadas de contenidos, o con contenidos autogenerados desde planos que la conciencia ordinaria no controla.
En la bici abandonamos el parloteo mental y nos concentramos. La mente se relaja, me olvido de la bicicleta, es una extremidad más. Kreimer dice que meditar no es sentarse con las piernas cruzadas para lograr otro estado mental. Sentarse "es" ese estado. Del mismo modo, sentarse en una bici y andar "es" el estado mental propio de la bici. Ambas prácticas nos depuran por dentro, son una digestión mental. Lejos del silencio pasivo, se entra en un estado de sutil atención. Siendo, conectamos con nuestro cuerpo inmerso en esa regular coreografía que trasciende el vocabulario. Así como la bici, nos alineamos: nuestro cuerpo y mente parecen combinarse mejor, hay una energía que va y viene, se despejan las interferencias de la mente, se abre en nuestra conciencia un contacto menos verbal -intelectual- con quienes somos en lo profundo. En ese estado, surgen las preguntas simples, sin sentido aparente, que con la práctica continua, pueden sugerir respuestas, deseos, hallazgos, sueños.
El ciclista militante Otro ciclista empedernido, David Byrne, asegura que la bici se ha convertido, en sus últimos años, en su ventana panorámica: Más rápido que un paseo a pie, más lento que un tren, a menudo algo más alto que una persona: la bicicleta.
Byrne viaja con su bicicleta y las alquila en el lugar que visita. El músico y escritor es un gran promotor del moverse en dos ruedas, de la toma de conciencia y siempre que puede difunde y alienta el uso de la bici como una alternativa sensata frente a la saturación de calles y avenidas por el tráfico.
Un gran desafío, también. Hacer cambios en el tránsito, implica voluntad política. Generar infraestructura, marcar rumbos, organizar campañas de educación y seguridad vial. El auge de la bici va abriendo nuevos frentes, dice Kreimer. Por ejemplo, hacer que la convivencia sea posible, favoreciendo la vialidad y seguridad de peatones, ciclistas, motoqueros y automovilistas, alentando desde el estado el sentido de respeto, empatía y compasión. Todos, nos desplacemos como elijamos hacerlo, tenemos la misma esencia: somos igualmente vulnerables.
Elogio de la bicicleta
Marc Augé, en su "Elogio de la bici" plantea que el ciclismo es un humanismo: pedaleo, luego existo. Su libro es una reflexión en torno al recuerdo, el mito y la utopía presentando al ciclismo en su caracter de milagroso en tanto devuelve a la ciudad su carácter de tierra de aventura o, al menos, de travesía. "En mi adolescencia, el mito era para mí el tour de Francia y más concretamente el ciclista italiano Fausto Coppi, que me fascinaba, porque reunía todos los atributos de un héroe mítico. No obstante, si volvemos nuestra mirada hacia el futuro, el mito se reviste con los colores de la utopía. Nuestra juventud ya no retornará y ¡ay! es muy probable que nunca lleguemos a ver ciudades en las que sólo se circule en bicicleta. Pero tal vez si podamos, colectivamente, acercarnos a ese ideal, así como podemos, individualmente, aproximarnos al pasado apelando a la memoria. En ambos casos se trata de intentar rememorar el mito para desmitificarlo y así - si todo sale bien- hacerlo realidad".
Comments